A veces, la muerte pasa tan cerca que no puede evitar pensar que ella también se irá. Aunque no pueda tragar muy bien su mortalidad, sabe que, más temprano que tarde, sucumbirá.
No se ha atrevido nunca a contar a sus amigos sobre su salud. No le gusta, no quiere ver sus reacciones. No discute los últimos pronósticos, pero no quiere creerlos.
Sabe perfectamente qué le pasa, lo sabe desde los doce años, cuando empezaron los desmayos y la palidez en su piel. Hace ya años que no puede disfrutar del verano, de su deporte favorito: no debe cansarse.
Ha empezado a parecerle graciosa su enfermedad, es casi irónico que un desamor pueda literalmente matarla. Así que empieza a evitar implicarse demasiado con los demás, porque es lo que le han recomendado. Recuerda las palabras cargadas de cinismo de su médico:
"Podrían matarte, ¿Sabes? Aquellos que tanto amas podrían acabar contigo. Tú más que ellos, debes evitar las decepciones. Y eso implica, ciertamente, evitar en parte las ilusiones. Ellas también son peligrosas. No debes dejar que nada te altere. Jamás."
"No podré disfrutar del amor, de una verdadera amistad. No podré afrontar los problemas. ¿Es eso lo que me está diciendo?"
"...Supongo que sí."
Más de una vez ha llorado por ello, con rabia y se ha prometido a si misma no hacer caso. Pero entonces su madre la frena, su sufrimiento hace que sus pies toquen de nuevo el suelo. Se preocupa. Nunca llora delante de ella, siempre se muestra fuerte y confiada, por eso es su persona favorita.Y eso hace que le duela aún más estar enferma.
Su propia fragilidad la derrumba. Siente como si su existencia fuera un puro trámite, cuando mira el calendario sólo quiere que los días pasen rápido. Pero no lo hacen y pasa las horas tumbada en su cama como un simple cuerpo inerte...¿Cómo decía esa frase...?
"Como un simple cuerpo inerte, que sólo respira, pero no siente."
No se ha atrevido nunca a contar a sus amigos sobre su salud. No le gusta, no quiere ver sus reacciones. No discute los últimos pronósticos, pero no quiere creerlos.
Sabe perfectamente qué le pasa, lo sabe desde los doce años, cuando empezaron los desmayos y la palidez en su piel. Hace ya años que no puede disfrutar del verano, de su deporte favorito: no debe cansarse.
Ha empezado a parecerle graciosa su enfermedad, es casi irónico que un desamor pueda literalmente matarla. Así que empieza a evitar implicarse demasiado con los demás, porque es lo que le han recomendado. Recuerda las palabras cargadas de cinismo de su médico:
"Podrían matarte, ¿Sabes? Aquellos que tanto amas podrían acabar contigo. Tú más que ellos, debes evitar las decepciones. Y eso implica, ciertamente, evitar en parte las ilusiones. Ellas también son peligrosas. No debes dejar que nada te altere. Jamás."
"No podré disfrutar del amor, de una verdadera amistad. No podré afrontar los problemas. ¿Es eso lo que me está diciendo?"
"...Supongo que sí."
Más de una vez ha llorado por ello, con rabia y se ha prometido a si misma no hacer caso. Pero entonces su madre la frena, su sufrimiento hace que sus pies toquen de nuevo el suelo. Se preocupa. Nunca llora delante de ella, siempre se muestra fuerte y confiada, por eso es su persona favorita.Y eso hace que le duela aún más estar enferma.
Su propia fragilidad la derrumba. Siente como si su existencia fuera un puro trámite, cuando mira el calendario sólo quiere que los días pasen rápido. Pero no lo hacen y pasa las horas tumbada en su cama como un simple cuerpo inerte...¿Cómo decía esa frase...?
"Como un simple cuerpo inerte, que sólo respira, pero no siente."
Me dejaría engullir por las sombras
ResponderEliminartan solo por llegar un segundo
a aquella que forja lo bueno y oscuro
y puede dejarme en segundos rota.
PD: Tenía que escribirlo xD