"I think it's time to blow this scene get everybody and the stuff together.
Ok, 3, 2, 1, let's jam."


domingo, 22 de abril de 2012

The sigh

En un segundo, dentro de mi mente, sólo existía esa canción. La gente a mi alrededor, las manos alzadas, los gritos de júbilo, la ensordecedora música: todo perdió sentido.

Me desaté de mi misma, me perdí entre compases. Cerré los ojos y me abandoné. Caí y me fui. Sólo durante unos segundos, me rendí ante el piano. Exhalé toda duda, inhalé mientras abría los ojos.

Y ya no hubo más oscuridad, quedé suspendida en esa realidad en negativo. Paré de saltar y contemplé con fascinación aquella multitud de palmas abiertas, luchando por llegar más alto. Fue hermoso. Sonreí sola y bajé mi mano, brindándoles la oportunidad a otros de rozar el clímax.

Bajé mi mano y reí, embelesada por aquella pequeña muestra de felicidad espontánea.

Las notas se perdieron y yo con ellas.

miércoles, 18 de abril de 2012

Family portrait

No hay nada mejor, cielo,
que tener el poder en tus manos:
ser dueño de algo,
atar a tu alrededor
la cuerda invisible del engaño.

Te contaré, sin vergüenza alguna
cómo podría romper una familia entera
cómo, sin tener que chasquear los dedos,
la magia de una simple palabra,
dejaría una habitación a oscuras.

Este juego, verás, es un poco peculiar,
nadie ha impuesto las reglas,
tampoco va por turnos,
ni siquiera existe 'el método'
pero, en mi familia, todos sabemos cómo jugar.

Me explico, amor, por si aún quedan dudas:
todos deben poseer algo que los demás ansían.
Algo, que si se viera a la luz del día,
partiría más que un simple corazón.

No pueden haber amigos ni cómplices,
porque, tesoro, la más mínima ventaja,
hará de tu vida tu peor pesadilla.

Así que escoge a quien quieres proteger,
dale un beso en la frente y despídete
ámalo con desazón, desde lejos,
y reza por ganar y volverlo a ver.

jueves, 12 de abril de 2012

Chao a la puta bohemia

[AVISO: No leer esta entrada, sin escuchar: http://www.youtube.com/watch?v=dYrLM9fe3XE&feature=fvst]

Por si te acuerdas de mí
te he apuntado en una barra de hielo
mi dirección y mis mejores deseos:
Que te follen. 

¡Por dios: Que te follen!

Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen.  Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. Que te follen. 

Y por encima de todo: elegancia y sutileza.

miércoles, 11 de abril de 2012

Redrum

Fue como el perfecto "Despierta, imbécil"


Sí, me explico. Es como cuando caes al suelo después de un largo tiempo: humillante, doloroso y desconcertante. O tal vez se parece más a la risa estruendosa de aquél que te mira desde arriba.

Pero ese no es el caso. El caso es que has caído y todos han visto como lo hacías.

Y todos te miran de esa manera que hace que tus mejillas se sonrojen, que tus ojos se pongan brillantes y te muerdas los labios hasta que sangren; mientras no paras de repetirte lo estúpida que eres. Entonces una bola de vergüenza y resentimiento llena tu boca, que sabe amargo y salado.

El dolor (provocado por la herida) pasa a un segundo plano, ahora intentas patéticamente que las lagrimas no resbalen por tus mejillas. Tratas de recuperar tu orgullo inútilmente.

La cosa se complica cuando las antes desapercibidas heridas físicas empieza a sangrar, mostrando una vez más tus debilidades. Tú luchas, pero las sonrisas bajo la nariz de los que te rodean parecen escocer más que la sal.

Supongo que así es como llegas al momento en que los roles cambian: la rabia llega a puntos fuera de tu comprensión, y la risa histérica que habías guardado resuena en el aire, haciéndose eco, acallando las demás. Te martirizas, te ríes cruelmente de ti hasta tal extremo que te suele es estómago y tu cerebro pugna por no vomitar. Así que levantas la cabeza, y en esos segundo borrosos, con inimaginable facilidad, rompes el espejo.

De repente, el silencio reina, notas tu pulso estallar en tu cabeza y tu respiración agitada acompasarse. Cierras los ojos, con más calma.

Te giras aliviada hacia su lado, y lo ves sonreír con esa "casi alegría" tan suya, que siempre pintan sus comisuras. Y ya sabes lo que hará: chasqueará la lengua fingiendo estar molesto por la interrupción de su cómodo sueño, se acercará un poco más a ti intentando que no se note, para que pienses que eres tú la que buscará el abrazo. Te susurrará que duermas, seguramente acompañado de algún insulto afectuoso.

Pero no está. Él no está. Una nota aguarda impaciente entre las sabanas y la abres, desolada. El rezo es simple a la par que desdeñoso:

Hartáronme





"Para que todos sepan:
lo que siembran, cosechan.

Darás lo que has quitado,
al recibir lo dado."


domingo, 1 de abril de 2012

21:12

No he vist mort més trista,
que la de l'esperança d'aquell cavaller tant fort.

Mai vaig creure possible
que aquella platja tant a la vora,
pogués fer-se amiga d'aquella lluita
que més d'un tros de mi s'ha endut.

I al final, ara que les hores se'm escapen,
vaig trobar la veu per a dir
allò que un dia vaig creure mort:

"Amics meus, no feu pas de la meva mort un desconsol,
quedeu-se amb el meu record més fort,
penseu de tant en tant en mi,
amb la noia que va existir un dia.

Recordeu aquella noia,
que no plorava i sempre reia.
Recordeu la noia que us va estimar,
més encara que a ella mateixa."