"I think it's time to blow this scene get everybody and the stuff together.
Ok, 3, 2, 1, let's jam."


lunes, 11 de febrero de 2013

La eterna huida

-Es que en ese momento se borra todo, no entiendes nada...

-Sí y eso de que cuando estás hablando, en fin, me pasa constantemente. Se me olvidan cosas que iba a decir y al final parece que no sepas ni hablar, ¿verdad?

-Exacto, acaba pareciéndome absurdo hablar. Cada vez me abstraigo más y más de la realidad. No sé, no entiendo, no la comprendo, ni quiero hacerlo.

-Por eso te digo que entiendo lo que te pasa, aunque, en mi caso, no sé por qué cojones es.

-Ni yo tengo ni puta idea...¿Dios, qué nos está pasando?

-Tal vez sea estrés simplemente, o que nos estamos volviendo locas realmente. Quién sabe, no sé que es peor, sinceramente. ¿Él te lo ha notado?

-Sí, fue él primero. Simple: nos estábamos besando y paré de hacerlo de repente. Me dijo que cuando me miró estaba mirando a la nada. Creo que está preocupado...pero es que no sé qué decirle...

-Es muy simple, dile la verdad, que no sabes que te pasa. Creo que lo entenderá.

-Eso espero...No lo sé, es que es como si algo hubiese dejado de atarme a la realidad. Es tal cual lo siento, pero no ha habido catalizador.

-Como si hubieses escuchado un chasquido y luego ya no hay nada que tenga sentido.

-Exacto, y todo se vuelve absurdo y te preguntas: ¿qué hago yo aquí? ¿qué es esto?

-Necesitas largarte de dónde estés, aunque estés hablando tranquilamente con tus amigos tomándote una cerveza.

-En ese momento sientes como si te estuviesen reteniendo.

-Sí, aunque estés hablando de algo que te agrada. Los viernes...todos los malditos viernes me acabo marchando.


-Pero es que tampoco sabes dónde quieres ir: no quieres volver a casa, pero tampoco quieres estar con ellos.

-Y haces el camino de regreso más largo que de costumbre.

-Y, curiosamente, la soledad te consuela, pero tampoco te llena; nada lo hace.

-No, ni siquiera escribir, dibujar...o lo que sea. Te entran ganas de gritar por gritar.

-Porque no sabes qué hacer, y gritas, pero no llamas a nadie. Es eso, gritas por gritar.


-¿Estas dormida? No, aún no, ¿verdad? Te llamo para decirte que he encontrado la solución, la definitiva. No te rías, escúchame. No, no lo he sacado de ningún libro ¡es cosecha propia! ¿****? ¿****? ¿Estás ahí? [...] Sí, sí, se ha cortado, ¡qué raro! Bueno, escucha que allá va: huyamos, huyamos para siempre. Así no tendremos nada que echar de menos, porque no pararemos jamás. Sólo huir eternamente, ¿qué te parece? No llores, ****, ni te rajes...ya sabes que no puedo huir sin ti.