"I think it's time to blow this scene get everybody and the stuff together.
Ok, 3, 2, 1, let's jam."


sábado, 29 de septiembre de 2012

Y el el jardín de mis delirios, jardines de delicias

Espérate, mujer,
no te vayas todavía.
Aún te quiero morder,
antes de que se acaben mis días.

No te me vayas, mujer,
que ya no eres tan joven,
la vida te quiere joder,
en manos de otros hombres.

¿Por qué tanto miedo?
Si no has salido de mi boca,
ni siquiera he dicho 'te quiero'
y aún te queda mucha ropa.

Ámame, señorita mejicana,
que aunque vea en tus ojos su nombre,
él no es el que está en tu cama
y no es dueño de esta noche.

Yo también quiero a otros,
uno por cada día entero,
así aunque tenga el corazón roto,
por el siguiente muero.

Pero hoy quiero encontrar
el jardín de las delicias,
devorarte hasta estallar
y soñar con que eres mía.

martes, 25 de septiembre de 2012

Elección

Lo recordaba, perfectamente, cada mísero detalle quedó marcado a fuego en mi mente de forma inconsciente. Esa conversación banal, riéndonos de la estúpida broma.

Quién nos iba a decir que fuera a ocurrir.

Y tú decías "Los mataré, ¡lo juro! Dame ocho años" Y yo amo el número ocho.

Y continuabas: "¿A quién salvarías?" Y consternada no sabía qué decir, no sabía qué arriesgaba. Suerte que aún estaba cuerda en ese entonces. Así que me guarde ese privilegio y tú no te negaste.

"Me salvaré a mí", pensé, "nadie me asegura que no vaya a matarme" Y, joder, en lo cierto estaba. Al instante me confesaste que no salvarías a nadie. Y pensé en ti. Te imaginé muriendo, cumpliendo firmemente tu palabra, por lo tanto, como era obvio, pensé en concederte mi privilegio porque dentro de ocho años yo estaría muy lejos. O eso creía.

Entonces me dije que era una estupidez, que era una posibilidad remota, que tú no lo harías. Y reí, aliviada, sin saber si por ti o por mí. Pero el nudo permanecía y yo creí que era la gripe.

Me olvidé, creo recordar, y pasaron los años e hice lo mismo contigo. Pero un buen día llamaste y no tuve duda alguna que eras tú cuando dijiste un seco "¿Quién?" ¿Qué te había pasado? ¿Dónde estaba el chico que conocí?

Casi quise llorar. Por las futuras víctimas, por tu mala fortuna. Por la mía.

Pero colgué y de repente estaba a tu lado y tú sostenías la llave de la destrucción. Y entonces supe que tendría que elegir.

Y dadas las circunstancias, o tú o yo.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Now it kisses my face and eats my head

Es curiosa la ira. Tremenda sensación, qué poderosa. Es literalmente como el fuego: sólo hace falta una ínfima chispa y un buen acelerante y devorará todo lo que encuentre a su paso, porque la ira no sigue éticas ni morales. Arrasa, quema, destroza sin inmutarse, es su naturaleza. Es el escorpión que mata a la tortuga aun sabiendo que es su única salvación, y mientras se ahoga, confusa, se pregunta porqué no siente remordimientos.

Y, por extraño que parezca, es comprensible. El escorpión no siente felicidad ni satisfacción con su crimen, pero tampoco siente dolor. Así es la ira, es el "no sentimiento", arde tanto que anula todo lo demás y sólo queda una salida: seguir quemando.

Es tan real, tan palpable, que aterra cuando te muerde con su veneno. Te paraliza y luego te contamina. Y es tan dulce al principio, tan grande es su poder que te sientes invencible. Te embriaga, hace de tus músculos puro acero, acelera las pulsaciones, convierte en lava líquida tu sangre y vela tus ojos con sedas rojas.

Cubre el dolor, la decepción, las lágrimas, la cordura. Susurra con voz ronca promesas deliciosas a cambio de un insignificante favor: "Sigue destrozando hasta que el cuerpo aguante". Y no comes, no duermes, sólo respiras su intoxicante perfume, el cual hace que te sientas más vivo que nunca.

...Y ya no hay marcha atrás. Ahora ella lo es todo.

"¡Que arda...", piensas, "que arda Troya!"

Y Troya arderá.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Liebestraum

Hace mucho tiempo,
quizá ya demasiado,
existió el joven más bello
que el mundo ha presenciado.

Su piel cual marfil,
sus ojos, infinitos
del color del ambar gris.
Y como nombre, Narciso.

Tan hermoso era,
que era imposible yacer con él,
que tanto varón como hembra
no tenían nada que hacer.

Y era cierto, más que eso,
él mismo prohibía contacto alguno.
Alegando que sus besos,
no eran merecidos por ninguno.

Pero, aunque todos lo sabían,
hubo una ninfa maldita,
que sin oír que se decía
le amó más que a su vida.

Así que, en una salida nocturna
Eco fue a encontrarlo,
pero él, desoyendo sus súplicas,
le dedicó palabras de desagrado.

¡No, fue más que un simple agravio!
¡La dejó muerta en vida y destrozada!
Mordió su lengua y también sus labios,
y sangró tanto que falleció ahogada.

Murió tanto y entre tanto dolor
que su cuerpo se desvaneció
Y aunque de ella quedo su voz,
él nunca se percató.

Pero Némesis, diosa de la venganza,
sufrió con ella su desazón
y montando en cólera por tal desgracia,
blandió sobre Narciso una malcición:

"Tú, mortal incauto y malvado,
deberás pagar por lo que has hecho,
y sin poder ser salvado,
verás tu reflejo y morirás por ello."

Y, simplemente, así sucedió
descubrió su reflejo en una fuente,
se enamoró perdidamente y se arrojó
y como Eco, ahogado, encontró muerte.

Donde pereció nació una flor,
en memoria del joven que nunca amó 
mas que lo que el reflejo del agua mostró.


-¡Aléjate, ninfa, yo no te amo!

-¡Te amo, te amo!

domingo, 2 de septiembre de 2012

Ball de mosques

El temps s'escapa i el fred ho tapa tot.
Tapa la distancia, l'absència i el dolor.

Però el temps gira i canvia,
la tempesta d'ahir, avui del vent amiga.

Quan torna la primavera, la boira,
que cobria tota aquella muntanya d'angoixa
es desfà, queda lliure impecablement,
encara gelada però latent.

El sol, regnant entre cometes,
retorna els monstres i els desperta.

La neu que els adormia,
desapareix i es fa pluja,
els mulla i els revifa:
porta felicitat, però no m'ajuda.

Les muntanyes esdevenen verdes,
tan de bo tornéssiu a ser blaves!
Tan de bo el temps tornés enrrere
i s'endugués aquest amor que em mata.