Me preguntaste un día,
si comprendía en su totalidad
todo lo que te había dicho.
Recuerdo bien que, cuando te fuiste,
supe que no quedaría rastro de ti.
'-Muerdo y beso a la vez. Supuse que lo sabías.'
-
Y aún cuando sabías que esto pasaría,
aún sabiendo que no había mañana
que no habría una nueva oportunidad,
seguiste diciéndome lo mismo:
'-El tiempo lo curará, siempre lo hace.'
-
En marzo de 1972 murió Bruce,
nunca lo conocí,
nunca estuve allí.
No lloré por él, y aun así
le echo de menos.
-
Pero ahora ya es tarde.
Ya yaces desnuda,
entregada al placer
de las costras de tiempo.
-
Bajo la lluvia te escribiré
algo que el tiempo jamás podrá borrar.
Sí, te lo escribiré
cuando llueva en este desierto.
Mientras, me conformo con estas palabras
que aúllan por la soberbia,
con la que tus labios marcaron los míos.
-
El litio quema mi garganta,
como tu recuerdo mi mente.
-
Las nubes se quedan,
el sol no refulge
y Manhattan parece aun más gris.
Como añoro el color de su piel,
el rumor de su risa,
y el olor a él.
Luz de mis estrellas,
que lejos estás hoy de mi.
-
Pero si por alguna razón,
debemos separarnos...
Déjame ir.
Llévate mi revolución.
Aunque sueñe,
aunque llore,
incluso si salgo herida,
la realidad se acerca
frenéticamente hacia mi.
Por eso, si por alguna razón,
debemos separarnos...
Te juro que cambiaré el mundo.